Orgánico o hidropónico
El cultivo orgánico o “biocultivo” consiste en cultivar sobre sustrato de tierra utilizando sólo fertilizantes naturales. Es del dominio público que el producto obtenido de este tipo de cultivos es de gran calidad, pero es que además se trata de un producto más saludable. Al utilizar la mayor cantidad posible de fertilizantes y mezclas de sustrato orgánicos de alta calidad, se obtiene un producto final de la mayor pureza posible. Todos los nutrientes con que alimentamos a la planta encuentran de una forma u otra el camino hacia los cogollos.
El cultivo orgánico influye en el sabor de los cogollos, así como en el efecto, siempre algo superior. También se trata de la forma de cultivo más sencilla y barata.
El sustrato actúa como un amortiguador con el cual los errores en la alimentación de las plantas se perdonan más fácilmente. En realidad, hay que aplicarse muy a fondo para conseguir que salgan mal las cosas cuando se cultiva en tierra. Incluso los principiantes logran cosechas de primera cultivando en medios naturales.
La fibra de coco es un medio de cultivo que destaca por su accesibilidad y facilidades para el usuario. Necesita un añadido de nutrientes, ya que el coco es pobre en ellos. Con una buena mezcla de sustrato orgánico todo lo que necesitaremos añadir durante las dos semanas de crecimiento y los ocho meses de floración es un poco de agua. Esto es porque este tipo de sustrato está lleno a rebosar de alimento, lo que facilita aún más las cosas al cultivador principiante (ya que ni siquiera tendrá que añadir nutrientes extra, por lo que evitará el riesgo de sobre-fertilización). En algunos casos afortunados, los cogollos florecen tan bien que vale la pena darles un poco de alimento para floración, para que se hagan todavía más grandes y pesados.
El cultivo hidropónico consiste en cultivar en un medio acuático con nutrientes añadidos, o con un sistema de riego automático. Gracias a las grandes cantidades de oxígeno que con este sistema llegan hasta las raíces, la planta crece a gran velocidad. Mucho más rápido que en tierra. Pero también es necesaria una mayor inversión en equipamiento para un cultivo hidropónico: hay que comprar mangueras especiales, cables, empalmes, etc. También es necesario mantener un control absoluto sobre el pH y la EC, para dejar un margen de error lo más estrecho posible, menor que cultivando en tierra. Es posible detectar rápidamente los problemas de nuestras plantas, pero también puede pasar que los problemas vayan más deprisa, tanto como para que se echen a perder todas.
Un cultivador hidropónico experimentado puede alcanzar cosechas enormes. El sistema de riego automático garantiza que las plantas reciban agua y alimento a horas fijas. A las plantas les gusta la regularidad y si se les ofrece (mediante el riego automático) devuelven el favor en forma de grandiosas cosechas. El sistema de riego automático también se puede utilizar cultivando en sustrato. También es posible una perfecta combinación de cultivo bio e hidro.
Como resulta más fácil tener éxito cultivando en sustrato, mi consejo es empezar así. Una vez adquirida cierta experiencia, se puede hacer la prueba con un sistema hidropónico. Actualmente, existen en el mercado tal cantidad de sistemas que se puede empezar, por ejemplo, con un medio efciicente como el sustrato, y al mismo tiempo, ir haciendo pruebas a pequeña escala con otros sistemas. Si se nos estropean las cosas, siempre se puede volver al cutlivo en tierra. Conozco a muchos que después de varios apagones, decidieron volver al sustrato, para evitar depender de aparatos eléctricos. Hay que pensarlo bien antes de empezar.